lunes, 14 de diciembre de 2009

entre la vida y la palabra


Insomnio en la cárcel
I

Estoy de pie,/ semidesnuda, inmóvil,/ como una estatua herida/ en el centro de un cuarto de pánico/ donde cruzan puñales de silencio// Mis pies descalzos,/inermes, tiesos, sobre el duro suelo/ arado por el frío/ están sufriendo su tortura.// Mis ojos miran/ el espanto nocturno,/la móvil sombra que se dibuja en las paredes,/ la soledad que aúlla en los rincones.// El aire que circula/ en el pequeño mundo/ encerrado entre cuatro paredes clandestinas/ asfixia la garganta/ y apaga las luces y los sueños.// Bajo una luz de acero,/ con los cabellos sueltos que están cubriendo/ el rostro/ y la fiebre de los labios/ parezco un alma en pena.// Oigo en mi cuerpo los rumores:/ el corazón que grita/ el pensamiento que golpea como un martillo en el cerebro,/ la sangre que estalla en las arterias/ hasta forjar un río sudoroso/ que corre por la espalda.// Veo frente a mi rostro pálido/ a veinte gendarmes vestidos de civiles/ que no pueden en la tierra ser mis prójimos./ Veo veinte sabuesos que me miran/ con una espada de doble filo en los ojos:// Veo veinte revólveres clavados/ en veinte cinturones negros./ Veo veinte serpientes que se arrastran/ sobre mis horas trágicas./ Veo veinte policías que se juntan/ y en un cabrón Comandante se resumen.// Frente a mis ojos que palpan la distancia/ porque mis manos atadas no pueden moverse/ veo el odio que se desparrama en todas partes.

Liliam Jiménez (De insomnio en la cárcel y otros poemas, 1980)


A Patricia Villa

(argentina 1977)

Estaqueada
muy cerca de la niebla del puerto melancólico
yo sé que resistías a los verdugos
en el arte de deshollar tu cuerpo
y sé
que ninguno habrá de olvidar
que tu memoria se paró en la ventana
como un pájaro
y se largó solita
sin hablar
sin nombrar a los queridos
compañeros ausentes.

Stella Calloni


Un lugar: Latinoamérica (en pleno infierno); dos Poetisas: Liliam Jiménez (1922-2007), nacida en Santa Ana, El Salvador, miembro del Partido Comunista de ese país, participó de los movimientos revolucionarios de Guatemala, exiliada en Méjico en 1954; Stella Calloni, nacida en Entre Ríos, escritora y periodista, corresponsal para América del Sur de “La Jornada”, ha publicado entre otros libros “Operación Cóndor”, “Pacto criminal” y “Mujeres de fuego” y en poesía, “Los subredes” y “Memorias de un trashumante”. Un espacio que todavía duele: esa mentira, esa reja detrás de la cual aún hoy siguen encerrando a quienes luchan por un mundo más justo, y unida a ella, la hija dilecta de los genocidas: la tortura, a la que fueron sometidos tantos queridos compañeros, presentes hoy en estas dos voces consecuentes, contundentes y en la vigencia de estas palabras que siguen denunciando, para que ya no se apaguen las luces y los sueños. Poesía. Para no olvidar

por Miriam Lentes, Revista Sudestada

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